martes, 2 de febrero de 2010

Operacionalismo. Una reflexión epistémica sobre la Investigación en las Ciencias Sociales

A. Introducción y Propósitos. La pasión por el conocimiento
A.01. Toda introducción es arbitraria y casual. A finales de la década de los sesenta, un familiar me mostró una carta, fechada en Santiago de Chile, de un pariente común; científico y filósofo. En ella, utilizando un esquema muy primitivo del llamado plano inclinado de Galileo, él exponía con toda seriedad y sin manifestar ninguna duda, que había encontrado un error en las ecuaciones relativistas de Einstein/Lorentz. Obviamente y de manera inmediata, comprendimos el problema; en el fragor de la lucha política que había vivido nuestro país en esos diez difíciles años, el Chile socialista de Allende, en ese momento, permitía un adecuado reposo para superar los fantasmas de una etapa convulsa y aguerrida, en la cual, de alguna u otra forma todos habíamos sido involucrados. Afortunadamente un poco mas tarde, en 1971, todo fue superado.
A.02. Consideramos que todo científico que verdaderamente haya vivido con pasión la construcción del conocimiento, en algún momento de su vida ha tenido obsesiones equivalentes. En ese preciso momento, yo mismo no hubiera podido decir "de esta agua no beberé" pues desde 1964 —de manera consciente y prudente— me resistía a aceptar las demostraciones formales del Teorema de Cantor relativo al cardinal transfinito del Conjunto Potencia de los números naturales. Quería comprender el fondo del problema sin necesidad de apoyarme en la simple demostración lógica que, a pesar de los esfuerzos del Profesor Raimundo Chela, a mi vez bloqueaba y no lograba entender. Por ello trataba inútilmente de encontrar formas posibles de ordenar el conjunto. Fue sólo en 1972, cuando en Madrid leía el prologo de una obra de Dieudonné (1966), gran didacta de las matemáticas francesas, que pude entender la validez de esa pretensión por lograr la intuición de lo abstracto; allí se decía "El lector se dará cuenta inmediatamente, de que en todas partes se ha puesto de relieve el aspecto conceptual de cada noción, en lugar de presentar su aspecto algorítmico, es decir como si sólo fuese un ente de cálculo, que era el principal objetivo del Análisis Matemático clásico".
A.03. En 1960 cuando estudiaba Psicología tomé contacto con las primeras nociones del Operacionalismo. Ullmo (1959), en su capítulo introductorio explicaba con toda claridad el concepto. Fue afortunado este inicio con Ullmo, que era filósofo, y no con los sobrios planteamientos de Brigdman (1927), que era físico. Desde ese mismo momento, mantengo la convicción de que el Operacionalismo constituye no sólo una adecuada orientación metodológica, para lograr nuevos desarrollos científicos en las Ciencias Sociales, sino también el soporte epistémico para toda la Ciencia Moderna. Esta es la verdad que trato de compartir con otros científicos de las Ciencias Sociales, sin embargo, cuando siento que oponen resistencia, no realizo ningún esfuerzo para convencerlos de lo contrario.
A.04. Entre 1960 y 1985 la marcada influencia del Materialismo Histórico en las Facultades de Humanidades y Ciencias Sociales, obstaculizó el estudio del Operacionalismo, ya que este se asociaba con el Positivismo como producto científico emblemático del Capitalismo Moderno. A partir de 1985 las discusiones sobre las Teorías Críticas de Habermas, Lyotard y otros, han ocupado ese viejo espacio y los Científicos Sociales que antes discutían sobre Hegel, Marx y Engels hoy se entretienen con estos autores, llenando un tiempo que debería ser utilizado para retomar el análisis y estudio del Operacionalismo, dejando esas lides a las filosofías de la ética y de la historia, disciplinas pertinentes para esa tarea.
A.05. Tomando como punto de partida la conjunción Operacionalismo y Epistémica, se desarrolla una reflexión que profundiza aspectos que consideramos importantes en la investigación en Ciencias Sociales, especialmente relacionados con la generación de conceptos y la búsqueda de la validez y confiabilidad de aquellos constructos, que a partir de los conceptos se estructuran como tales, en objetos científicos. Se continúa con la consideración de diferentes corrientes metodológicas y las formas y modalidades que asumen los distintos productos que se generan en la investigación, finalizando haciendo explícito lo complejo que resulta realizar una evaluación objetiva, de aquellos productos que hemos denominado Ensayos Epistémicos.
A.06. Dentro de las polaridades que se observan y se presentan, es importante destacar que hacia el extremo objetivista y en cierta manera cuantitativo, se enfatiza en los soportes epistémicos, que en este caso son ofrecidos ventajosamente por el operacionalismo y en especial por la lectura e interpretación diacrónica que en esta oportunidad hemos hecho del mismo. Esta interpretación la asumimos como una contribución relevante dentro de lo que puede ser considerado como original y novedoso del trabajo presentado. Finalmente, más que conclusiones, es el desarrollo mismo de las ideas y de las vivencias asociadas, lo que de manera continua constituye un conjunto fluido de resultados y posibilidades para avanzar hacia exploraciones cada vez más atractivas.

B. Operacionalismo: Origen. Concepto. Posibilidades
B.07. El concepto de Operacionalismo, fue propuesto originalmente por Bridgman (1927), al analizar un cierto aporte de Einstein realizado en 1905, que éste en ningún momento enfatizó o inclusive concientizó. Nos referimos, concretamente, no al contenido de su famosa teoría especial de la relatividad, sino a la significación epistémica y filosófica de la forma de construcción de los nuevos conceptos de longitud, tiempo y simultaneidad. El Operacionalismo entendido desde una nueva perspectiva —que posiblemente no fue enfatizada por Brigdman, porque en Física el problema de la construcción dimensional y los consecuentes procedimientos de medición constituyen el aire natural y gratuito que se respira— es equivalente al concepto familiar de Confiabilidad. A partir de este logro se puede avanzar ineluctablemente hacia el concepto de Constructo que es la forma sofisticada y filosófica como se intenta expresar la Validez. Este tránsito lo expresaremos con el término de Epistémica.
B.08. Einstein y todos sus comentaristas posteriores, focalizan su atención, principalmente en el proceso fáctico de la medición de los nuevos conceptos y no en el significado epistémico de lo novedoso del proceso para construirlos. Cuando Bridgman, para facilitar la explicación, a manera de ejemplo, traslada su propuesta al análisis de las formas cotidianas de medir la longitud, confunde de manera radical a los filósofos, que automáticamente y de manera inmediata se convierten en sus más acérrimos críticos, ya que el autor sólo describe de manera sincrónica y aparentemente ingenua, las operaciones finales del proceso de medición. En ese momento no se tenía presente la existencia de ciertas operaciones, hoy ya desaparecidas e ignoradas y de las que sólo restarían indicios y rudimentos históricos, pero que durante cincuenta millones de años, se fueron conformando diacrónicamente e iterativamente, para la construcción objetual de un concepto dimensional previo, necesario para posteriormente medir escalarmente la longitud. En muchos casos, esta medición continúa realizándose mediante el uso de reglas o varas rígidas y rectas, que se van colocando en una sucesión rectilineal. Nótese la redundancia tautológica de esta descripción, pero ello, en la praxis dialéctica de ese remoto pasado, constituía el abordaje epistémico pertinente y necesario.
B.09. Diferenciándose de su ya lejana asociación positivista, más que una diferencia en los niveles ontológicos del conocimiento en lo que respecta a las Ciencias Sociales, la diferencia entre los llamados métodos operacionales cuantitativos y los métodos subjetuales cualitativos, reside principalmente en el énfasis sobre la objetividad, entendida ésta como una externalidad, o al menos como un acuerdo subjetual estable entre expertos. Hasta la construcción primigenia del objeto se elabora mediante un operacionalismo, que inicialmente es de carácter filogenético y, posteriormente, ontogenético (Piaget, 1982).
B.10. En estos momentos terminales del siglo XX, albores del siglo XXI, si los filósofos le diesen una nueva y distinta lectura al Operacionalismo, en el sentido de entenderlo en su función primordial y primigenia de la construcción objetual/dimensional del concepto y no sólo en la medición escalar del mismo, entonces, la muy cuestionada afirmación de que "el concepto es sinónimo con el correspondiente conjunto de operaciones", vista ahora desde esta nueva perspectiva diacrónica, podría ser perfectamente comprendida y aceptada. No nos queda ninguna duda de que la intención original del autor, aunque en ese momento no lo haya podido expresar con claridad, estaba referida a la construcción objetual/dimensional del concepto y no sólo a su medición escalar, ya que esta fase final sólo recoge los aspectos fenoménicos que restan y permanecen de todo ese complejo proceso; iterativo y evolutivo, tal como si se tratase de una entidad orgánica.

C. El Operacionalismo como la Epistémica del futuro
C.11. Utilizaremos el término Epistémica diferenciándolo del más tradicional de Epistemología; siguiendo a Norwood Russell Hanson (1977) con el término Epistémica nos estamos orientando más hacia el contexto del descubrimiento en oposición al contexto de la justificación. Aún más, en lugar del contexto del descubrimiento, deberíamos decir que la epistémica trata de la heurística del descubrimiento. Adquiere una mayor significación esta precisión al considerar la diferencia en cuanto a madurez entre las Ciencias Materiales y las Ciencias Sociales; ello implica que las Ciencias Materiales ya han recorrido un largo camino en cuanto a la actividad de descubrimiento y por esto el mayor esfuerzo de la Epistemología/Filosofía de la Ciencia se ha centrado en la fase siguiente respecto a la consideración de aspectos que de una manera global se titulan como lógica de la justificación.
C.12. A diferencia de las Ciencias Materiales, para las Ciencias Sociales, desde la antigüedad hasta mediados del siglo XIX pasado, sólo se utilizaron conceptos originados subjetualmente y que al máximo intentarían salir de esta matriz mediante una confrontación intersubjetual. Es sólo a comienzos de este siglo, al utilizar instrumentos en cierta manera externos al juicio del científico, ejemplo, la frase que desde 1905 es atribuida a Binet: "Inteligencia es lo que miden mis tests", cuando se entra en la búsqueda de la objetividad operacional en la definición de los conceptos de las Ciencias Sociales.
C.13. Por razones de madurez, en esta construcción de las Ciencias Sociales, es que a diferencia de las Ciencias Materiales adquiere relevancia como hecho fenoménico los procesos de medición, porque subyacentemente a estos procesos lo que realmente se intenta es una captura y delimitación más precisa de los conceptos científicos a utilizarse en estas disciplinas. La construcción y búsqueda de esta delimitación, más que el mismo procedimiento de medición, es lo que constituye la nueva visión de lo que significará una lectura diacrónica del Operacionalismo para el nuevo milenio, por ello lo proponemos como la Epistémica de este futuro.

D. Conocimiento e Investigación en las Ciencias Sociales
D.14. Desde 1961 he reflexionado sobre el problema de la similitud/unidad entre Ciencias Materiales y Ciencias Sociales. Mi posición actual ha profundizado las tendencias iniciales. Ellas han sido: (a) Ignorar una mítica unidad ontológica; (b) Dudar de la pertinencia y necesidad de la unificación metodológica, encarnada en el llamado Método Hipotético Deductivo Experimental; (c) Promover en las Ciencias Sociales lo que es usual en las Ciencias Materiales, una construcción objetual/dimensional del concepto, vía un Operacionalismo que acepte una raíz fuertemente empírica; (d) Medir de modo escalar el constructos; (e) Estimar asociaciones y correlaciones; (f) Postular relaciones teóricas.
D.15. Las Ciencias Materiales son diferentes a las Ciencias Sociales; esta diferencia se expresa de múltiples maneras, pero especialmente en su desarrollo epistémico y metodológico. Un Investigador es distinto a un Científico, ello, tanto en las Ciencias Materiales como en las Ciencias Sociales, pero esta diferencia —por los niveles de medición utilizados y porque en un caso sólo existen teorías y modelos pero no leyes— se multiplica y potencia aún más en las Ciencias Sociales. En las Ciencias Materiales esta diferencia es apenas un gradiente, en las Ciencias Sociales es un abismo.
D.16. En Disciplinas Formales y en las Ciencias Materiales, una vez que ha sido planteado un problema, un científico con el conocimiento sustantivo de su disciplina —teniendo la seguridad que se genera en el hecho de que efectivamente se posee una competencia—, puede alcanzar una solución. Adicionalmente a la solución, se puede tener una total certeza que esa solución o es única o es óptima o se puede conocer un grado probabilístico de bondad. Al contrario en Ciencias Sociales, frente a un problema planteado, sólo una entelequia absoluta podría determinar si la solución propuesta es única o es óptima o determinar su grado probabilístico de bondad, generándose por esta diferencia, distintos tipos de vivencialidad de conocimiento disciplinario. Si el egresado de una carrera o disciplina social no ha tenido un trato íntimo y profundo en disciplinas con un soporte formal, lógico y cuantitativo como Matemática, Estadística, Gramática, Lingüística o Derecho, entonces le será complicado vivenciar en forma robusta la existencia del conocimiento social y por ello le será dificultoso poseer la convicción sobre una aproximación verosímil a la solución de los problemas, ya que en el ámbito social la problemática es muy variada y no se repite exactamente, en similares condiciones, como sucede en las Ciencias Materiales.
D.17. Por la naturaleza, complejidad y estabilidad de las fenómenos estudiados en cada disciplina, la construcción del conocimiento puede ser representada de distintas maneras. En Física y Química se puede representar por una Torre; fuerte, sólida, cada vez más alta [Para inicios del tercer milenio en Tokio y Singapur se van a construir torres de mil metros de altura]. En Biología y Medicina esta representación se concretaría mediante un frondoso Árbol [Una Sequoia y un Cedro]. La Psicología, en cuanto a la medición de las aptitudes, se aproxima a un pertinaz Aromo [Flexible, resistente y azotado por el viento]. En el resto de las Ciencias Sociales, en más o en menos, la representación se corresponderá con una Fiesta Parroquial; con una gran variedad de fuegos artificiales, cohetes de existencia efímera, que rasgan la noche, estallan y se despliegan en mil formas y colores.
D.18. Siendo arrastrado por el modelo ?sobre la base de lo propuesto por Brigdman en la conceptualización de las definiciones operacionales? es posible afirmar que en Física y Química, la torre es única y a diferencia de la bíblica, todos los constructores hablan exactamente el mismo idioma. En Biología y Medicina se cultivan unos pocos grandes árboles y los forestales se comunican adecuadamente entre ellos. En las Ciencias Sociales, cada investigador habla su propio idioma, con todo su derecho, ignora a su vecino y lanza en la noche su pequeño gran cohete multicolor. En Ciencias Sociales, todo proceso de medida es, en principio, una definición operacional y será un lento proceso de maduración lo que pueda llevarnos hasta la colectiva y convencional determinación de constructos, diferentes lógicamente a los que de manera secular e histórica, aparentemente cuasi natural, se han establecido en las Ciencias Materiales.

E. Validez y Confiabilidad en Ciencias Sociales
E.19. En las Ciencias Sociales, la estabilización de las definiciones operacionales avanza muy lentamente y aún no se han inventado o desarrollado definiciones operacionales para la semántica de los conceptos. En este camino, en algún momento se pasará por la necesaria búsqueda de la confiabilidad, pero nótese que este es un problema casi exclusivo de las Ciencias Sociales. En Física, Química y Biología basta con la Teoría de los Errores y en la Medicina ?con sus Variables Dependientes perfectamente identificables y medibles? es suficiente para su avance, el Diseño Experimental. [Ciegos, Doble Ciegos y hasta Triple Ciegos]. Cuando un joven investigador nos ha solicitado alguna clave, se le ha sugerido que procure alcanzar la confiabilidad en sus mediciones, ya que la validez le será dada por añadidura. Esto es lo que siempre he pensado y posteriormente lo he visto reflejado en los planteamientos de la obra póstuma de Jean Piaget (1982).
E.20. En Ciencias Sociales, se piensa equivocadamente, que cualquier conjunto de ítemes con una cierta validez interna, o unas escalas denominadas Likert ?con una supuesta consistencia interna y sin la comprobación de su estabilidad temporal? ya de por sí, constituyen una buena medición, y que lo relevante será insistir en interpretar y teorizar sobre los resultados que se obtengan con esos instrumentos; casi siempre aplicados sobre muestras de dudosa representatividad. Por lo contrario, considero que en la etapa en la cual se encuentra el actual desarrollo de las Ciencias Sociales, lo más importante es primero detectar fenómenos, luego señalarlos, identificarlos y caracterizarlos operacionalmente como conceptos y posteriormente transformarlos en constructos científicos al medirlos confiablemente; Ullmo (1959). Es en este momento cuando tiene sentido iniciar el proceso de teorización, que deberá realizarse en paralelo y consustancialmente con el proceso de evidenciar la validez de los constructos. Usualmente no se discrimina con claridad, la diferencia entre las dos argumentaciones antes expuestas, y de manera simplista se ve con recelo, y en muchos casos con rechazo, cualquier trabajo de investigación que sólo presente variables bien medidas, generándose como consecuencia, que se hipostasia la función de los Marcos Teóricos de tal manera que de ser simples apoyos operacionales pertinentes, se transforman en axiomas validadores de explicaciones y conclusiones.
E.21. Desde hace más de cincuenta años, la definición tradicional de validez dice que "un instrumento de medición es válido si mide lo que pretende medir". Nótese que desde un punto de vista epistémico, esta definición puede catalogarse como metafísica, ya que exige la preexistencia ontológica del objeto/concepto/dimensión a ser medido. He propuesto acentuar y privilegiar una lectura diacrónica del operacionalismo, lectura tal que nos permitirá llegar a decir, que un instrumento de medición es válido, si mide ‑confiablemente‑ lo que operacionalmente mide. Esta afirmación podría simplificarse a un extremo cuasi tautológico y con sentido hermético, al reducirse a "un instrumento es válido si mide lo que mide". Verdaderamente a lo que se estaría apuntando sería a señalar que cualquier definición operacional, que logre ser exitosamente confiable algo medirá, no importa qué. Para la ciencia abstracta no es relevante el nombre que se le pueda dar a ese "qué", importa las relaciones observadas entre los distintos "qués". Diacrónica e iterativamente, durante la construcción y desarrollo del proceso operacional, como seres humanos con lenguaje, vamos incorporando un Vocablo/Significante y un Significado/Concepto a ese algo medido, que en última instancia y/o en su esencia —si la tiene— seguirá siendo un desconocido, de una manera parcial equivalente, al concepto filosófico de nóumeno. Podemos concluir diciendo que si un instrumento de medición llega a ser confiable, entonces, en algún momento aparecerá la validez. Será necesario esperar a que aparezcan asociaciones y/o correlaciones y/o relaciones funcionales, con otras variables.

F. Evaluación de la Investigación: Originalidad. Méritos. Aportes
F.22. Usualmente, para evaluar un trabajo de investigación, se pueden considerar tres aspectos básicos: a) Originalidad Conceptual, b) Méritos Metodológicos, c) Aportes Relevantes. Estos aspectos deberán ser evaluados de manera diferente, si se trata de un Informe Técnico o si se trata de una Monografía Científica. Un impecable Informe Técnico puede ser analógicamente equivalente a "Las Meninas" de Velásquez, en cambio una brillante Monografía Científica ?en ese mismo sentido? sería comparable con "El Jardín de las Delicias" del Bosco. Esta diferencia debería ser, en todo momento, observada y respetada.
F.23. La Investigación Operacional es objetivamente evaluable. Para una mayor precisión, vamos a diferenciar entre la Investigación Metodológica Operacional y la Investigación Descriptiva Operacional. La primera es en principio más relevante y original, ya que consiste precisamente en la proposición de un procedimiento o fórmula coherente para realizar directamente una Medición Atributiva o la construcción de un instrumento de medición confiable y válido ?validez interna? para una Medición Sustantiva. La segunda, se refiere a la descripción de las relaciones entre variables conocidas en Muestras y/o Universos nuevos y/o diferentes, donde, además de su importancia descriptiva, puede adicionalmente constituir un aporte relevante de carácter epistémico, si se contribuye a establecer la validez de constructo de las definiciones operacionales.
F.24. Con relación a la evaluación de los Ensayos Epistémicos, es posible, para un evaluador experto, diferenciar entre los distintos aspectos involucrados, primero y principal debe establecer objetivamente la originalidad de los conceptos propuestos y posteriormente pasar a establecer si adicionalmente puede considerarse si presenta un aporte relevante; dependerá del punto o fulcro operacional, en el cual se apoyen los conceptos. De manera análoga, así como en una Investigación Descriptiva Operacional, el valor del coeficiente de correlación y/o el correspondiente nivel de significación, es el principal elemento para juzgar la existencia de un aporte, en el caso de un Ensayo Epistémico, se descansará en la manera como se evalúe la relación establecida entre los conceptos. Como se trata de conceptos nuevos y/u originales, será el criterio subjetual del evaluador, el patrón para valorar la contribución de los indicios operacionales y/o semánticos que se ofrezcan. Dada la mayor porosidad y/o fractalidad de los Ensayos Epistémicos frente a los Informes Técnicos, cuando estos se toman como arquetipos, es usual la perversión que significa dar más importancia en la evaluación, a las formas de presentación metodológica que a la originalidad conceptual y a la relevancia de los aportes alcanzados.
F.25. La evaluación del trabajo científico y de investigación es diferente a la apreciación del arte y la literatura. En la valoración de la expresión artística, en general se acepta sin ningún problema, la validez de una gran dosis de subjetividad. Considero que, entre otros, Boticcelli, Poleo y López Méndez son grandes pintores; puedo detenerme y deleitarme en la contemplación de la belleza de sus cuadros, en cambio, nunca me he detenido a contemplar la creación artística de Picasso, Botero o Borges, considerados como figuras señeras en esta segunda mitad del siglo XX. En música, puede oponerse en igualdad de méritos a Tchaikovski, Albéniz y Falla con Schönberg, Stravinski y Shostakovich. En literatura, frente a Santos Luzardo y El Gatopardo, situaremos a Stephan Dedalus y a Rayuela.
F.26. En la evaluación de los productos y logros científicos se presenta una mayor objetividad, aunque ello no constituya un bloque monolítico. Supongamos una escala semántica que mida la comprensión precisa del significado. Se tiene un Valor Máximo de cien puntos, con un relato descriptivo para una audiencia culta, por tanto absolutamente comunicable y se tiene un Valor Mínimo de cero puntos, para la semántica cuasi individualizada y privada que desarrolla un aficionado a la música romántica del clasisismo alemán. Dentro de esta escala, proponemos que una Investigación Operacional se sitúe entre 90 y 100 puntos, un Informe Técnico entre 80 y 90, una Monografía Científica entre 70 y 80 y un Ensayo Epistémico entre 60 y 70. Dejando los valores menores de cincuenta puntos ordenadamente para la literatura, la poesía y la música. En la medida en la cual vamos de una Investigación Operacional hacia un Ensayo Epistémico, la comunicación va adquiriendo varianza y se va perdiendo la precisión conceptual del significado, hecho que aumenta la posibilidad de la influencia del juicio subjetivo y subjetual en la evaluación.
F.27. En la evaluación de las Monografías Científicas y más acentuadamente para los Ensayos Epistémicos, lo subjetivo y lo subjetual tiene múltiples formas de manifestarse. Moviéndonos de lo subjetivo hacia lo subjetual, situaremos en primer lugar, al Efecto Simpatía, éste se basa en la popular conseja, de que un científico es un personaje humilde y de gran modestia, por ello sus Ensayos Epistémicos pueden ser aceptados sin mayor cuestionamiento, especialmente si no se cita a sí mismo. En segundo lugar encontramos al Efecto Halo, bien conocido y estudiado por psicólogos y sociólogos. Al final tendremos el Efecto Empatía; dado el tema, el estilo y el enfoque metodológico utilizado, un evaluador desarrollará una mayor aceptación por los temas de moda y los estilos familiares, en oposición a lo que le resulte extraño y poco ortodoxo.

G. Coda
G.28. A diferencia de lo que sucede con las Investigaciones Operacionales, el construir los Ensayos Epistémicos, representa un gran esfuerzo. Por la levedad del razonamiento, lo evasivo de los conceptos y lo complejo que se presenta su captura semántica, parece y se siente doloroso. Como en el mito griego, subir la roca hasta la cima y saber que inexorablemente volverá a caer, supone un ejercicio de voluntad y resistencia. Es en esta soberbia e íntima soledad ?la misma que ha galvanizado a místicos, artistas y creadores?, el crisol donde se fragua el temple del científico, no tanto como un reto frente a la alteridad, sino como una implosión necesaria de la mismidad.

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