sábado, 31 de octubre de 2009

Epistémica Operacional. Historias y Anécdotas.

Epistémica Operacional. Historias y Anécdotas


1. Saludos. Ayer inicie mi sexto ciclo de tratamiento. Envió estos comentarios como un avance y/o promoción del ensayo epistémico titulado “Conjeturas libres y asistemáticas sobre Wittgenstein y el Tractatus” que tengo casi terminado.
2. Tengo problemas con las direcciones de correo, estoy tratando de unificar los listados. Pueden llegar dobles, triples o no llegar.
3. Estoy tratando de orientar por el buen camino del conocimiento a dos jóvenes estudiantes de filosofía: Vannesa Incerpi y Carlos Luciani. Deben sacar copias físicas y leer varias veces el ensayo.
4. Me gustaría que lo leyeran también algunos amigos que siempre han manifestados inquietudes por la relación entre el conocimiento científico y la filosofía. Entre otros: JJ. Espinoza (Caracas). Constancio de Castro (San Sebastián). Adela Incerpi (Florencia). Annie Benko (Caracas). Ramona Akl (Caracas). José Ramón Ortiz (Londres). Hildebrando Barrios (Caracas). Antonio Azocar (Caracas). Con Ricardo Chang, he perdido las esperanzas (“De joven gran jaranero --Hegel, Marx-- de viejo gran rezador -- Agustín, Tomas, Kant--“).
5. Si alguien me preguntase (Azocar probablemente) que entiendo por Ensayo Epistémico o mejor por Epistémica, trataría con una respuesta envolvente un tanto evasiva. Recientemente en una conferencia un participante preguntó que se entendía por Artículo de Investigación (asumo científico). Mi primera respuesta fue: “lo que escriben los investigadores” (circular, operacional si se hubiese agregado el termino de “reconocidos”, o como se dice ahora “certificados”). Se puede profundizar y aclarar la respuesta si diferenciamos entre las Ciencias Naturales y las Ciencias Sociales. En las primeras es más fácil determinar e identificar, tanto un artículo científico como a un investigador reconocido. El problema se presenta en las Ciencias Sociales. En estas disciplinas sociales, actualmente se utilizan --en un extremo-- sólidas y compactas metodologías duras, hasta el otro extremo donde se utilizan porosas y opinaticas metodologías leves. En estos casos seria necesario recurrir al criterio de “Investigador Reconocido”. El PPI ofrece una opción valida, confiable y accesible.
6. Respecto al ensayo epistémico no disponemos del criterio del “Epistémico Reconocido” por lo que me obligo a plantear el problema sustantivamente, pero siempre con un cierto grado de aproximación por contexto y/u oposición. Por epistemología entiendo el estudio del conocimiento utilizando desarrollos de la lingüística, de la semántica y de la propia filosofía. Por epistémica voy a entender el estudio del conocimiento soportado en los desarrollos de la ciencia y en especial del operacionalismo. En 1986 utilice por vez primera y casi metafóricamente el termino de Epistémica Operacional (“Ilusión, Ambición y Compromiso”/ Una Documenta).
7. Una forma equivalente seria decir que entiendo por epistémica operacional, aquel conocimiento que he querido expresar y/o trasmitir en alguno de mis ensayos. Publicados y divulgados en los últimos veinte años. Antes de nombrar algunos de ellos, quiero manifestar que, al contrario de mis artículos científicos que con cierta facilidad podía publicar en revistas reconocidas y/o arbitradas, estos ensayos epistémicos eran rechazados por los árbitros sin necesidad de dar una razón explicativa. Supongo que no estaban de acuerdo con el contenido. Afortunadamente, entre el año de 1998 y el año 2002 pude publicar en el diario “El Globo”. Para publicar en un diario nacional importante hay que ser amigo del Director o Editor. Yo lo era. En 1963 cuando en Boston estudiaba un Postgrado en Estadística, había conocido al entonces cronista deportivo Heberto Castro Pimentel. Amigable Colaborador como siempre.
8. Estos son algunos de los artículos que publiqué en “El Globo”: “Gris es toda teoría” (Verde y dorado, el árbol de la vida) dedicado a tres grandes maestros: García Bacca, Pérez Enciso y Ángel Rosemblat, con ellos traté e insistí para obtener algunas claves --que en ese momento creía secretas-- acerca del conocimiento filosófico. “Imposturas Teleonomicas” (Sokal y Monod). “El Guernica y las Musas Gitanas” (Picasso vs. Romero de Torres). “Música y Semántica” (Motivado por el oratorio Berruecos del compositor Morales Vance). Apartir del año 2002 he logrado publicar en revistas arbitradas, otros tengo que divulgarlos por Internet.
9. Siempre me he preguntado, por que en Venezuela no conozco a ningún filosofo y/o científico, dedicado al cultivo de la Epistémica Operacional. Con el tiempo me he construido una respuesta. En 1960/1961 en el marco de una asignatura denominada Teoría Psicológica tuve el privilegio de asistir al único curso sobre Operacionalismo que dictó el profesor Pérez Enciso. Desde un primer momento --Iluminadamente-- comprendí que allí estaba la clave que andaba buscando para entender la relación entre el conocimiento científico y el conocimiento filosófico. Esto no le sucedió a ninguno de mis compañeros, algunos aprobaron brillantemente la materia pero sin manifestar entusiasmo. Yo no tenia ningún interés por las materias profesionales, solo me interesaba en Estadística, Psicometría y Operacionalismo. Nunca ejercí profesionalmente.
10. Para esa época, en la Facultad de Humanidades y Educación, especialmente en las escuelas de Filosofía, Letras y Psicología, en los cursos vespertinos estudiaban muchísimas jóvenes bellas y elegantes. La gran mayoría de mis compañeros de Psicología estaban orientados hacia el ejercicio profesional de la carrera, razón por la cual, al contrario de lo que yo hacia, le prestaban gran importancia y atención a las materias practicas y profesionales. Tenía dos compañeros de talento excepcional para el estudio, el conocimiento y la reflexión filosófica: Diana Zuloaga y Henry Casalta. Como había dicho García Bacca en una conferencia “si la naturaleza fabricara aviones le salieran pájaros”. Cuando Henry escribía sobre Psicología Experimental el resultado era Epistemología. Diana y Henry podrían haberse interesado por el operacionalismo, no lo hicieron. Una razón posible seria, que eran estudiosos y simpatizantes del marxismo, y que cualquier tópico que apuntara hacia el positivismo consecuentemente era rechazado. Residualmente, he quedado como el único académico que se ha interesado por el operacionalismo. El curso de 1960/1961 fue el único que dicto Pérez Enciso, ya que luego viajó a Barcelona donde obtuvo su doctorado, precisamente con una tesis sobre Operacionalismo. Actualmente el profesor Eduardo Santoro esta gestionando la publicación de este valioso documento. Tengo el CD espero el libro.