martes, 2 de febrero de 2010

METODOLOGÍA, ECONOMÍA Y POBREZA. (02/1999)

Dadas las dificultades que he tenido para adaptarme a las reglas establecidas por el PPI, en comunicación reciente para su Comité Directivo, analizaba situaciones problemáticas que deberán ser consideradas. Explicaba, que para poder mantenerme en el PPI, he tratado de pasar por un investigador, reconociéndome sin embargo como un científico; que trabajando dentro de una tradición individualista, he logrado producir resultados de buena calidad, pero que me resulta complicado publicar. Es necesario aclarar que el PPI no funciona por evaluación directa de la calidad del producto, sino por acreditación mediata, vía modalidades de publicación. Como investigador, los árbitros rechazan mis artículos porque supuestamente confundo el Marco Teórico con el Planteamiento del Problema o con los Antecedentes; es igual. En la investigación que dificultosamente se intenta realizar en las Ciencias Sociales, esa entelequia llamada metodología ha llevado a una perversión académica tal, comparable con los ritos medievales de la inquisición, que para poder publicar, nos obligan al "sin embargo se mueve" de Galileo. Como científico, actúo de manera equivalente al destacado pintor Luis Alfredo López Méndez, famoso por sus sensuales desnudos femeninos, quien sabía que alcanzaba la perfección estética en el acabado de sus lienzos, cuando le provocaba pellizcarlos. Al plantearme un problema —con la información disponible— heurística e iterativamente busco y alcanzo una solución, la trabajo una y otra vez, incorporando sucesivamente nueva información, hasta que la siento completa y acabada, entonces me surge la convicción de que se trata de un resultado relevante y original, ello a pesar de la metodología utilizada y de la opinión de mis impares (*). Al pertenecer al PPI, es mi interés que este programa se maneje con transparencia, objetividad y simetría. Las Ciencias Sociales se hacen cada vez mas complejas e interdisciplinarias y de allí la explicación, tanto del título de este artículo, como del hecho que necesariamente se ha de utilizar, por una parte, como base fundamental la información real y objetiva, que en algunos casos hemos contribuido a producir y, por la otra, hipótesis y supuestos, explícitamente declarados, útiles para completar la parte mas importante del discurso, que se constituye con la coherencia y pertinencia en el objetivo del mensaje a transmitir. Esa será nuestra orientación. Cuando en Diciembre de 1993 voté por la candidatura del Presidente Caldera, hice explícito que lo hacía por una razón política preponderante; la de acceder a un gobierno que significase una actitud distinta frente a la corrupción y a la descomposición gubernamental, actitud que en ese momento ya se había manifestado civil y militarmente. No obstante, por otra parte, mantenía la total convicción de que ni ese gobierno, ni cualquier otro, conscientemente o no, que se mantuviese dentro del canal de la llamada globalización, podía solucionar el grave y estructural problema del desarrollo económico, situación que afecta casi por igual a todos los países atrasados del mundo. Todos los analistas, tanto económicos como políticos, han afirmado que la globalización, independientemente de si es deseable o no, por su alto contenido tecnológico parece ser inevitable. Al mismo tiempo se ha hecho una segunda afirmación que inclusive considero de mayor validez. Sólo podemos ser exitosos dentro de esa orientación, sí y sólo si, generamos la educación adecuada y pertinente para ese propósito. Un grupo numeroso de personas dirá sin pensarlo: 7% del PIB, pero ello debe significar algo mas complejo; por una parte, buena educación y respeto a las leyes, para Ciudadanos, Gobierno, Congreso, Jueces y Empresas, por otra parte, empresas productivas con tecnologías de punta y altamente competitivas. Dudo si nuestro actual Sistema Educativo, dañado y asimétrico desde un inicio, por una orientación populista y clientelar, pueda lograr este objetivo en un mediano plazo. Recientemente en Diciembre de 1998, cuanto voté de manera decidida, automática y sin ningún tipo de dudas, también hice explícito que lo hacía motivado por una fuerte intención política; para sepultar definitivamente un funesto período llamado democrático, con sus más indeseables características: la corrupción impune, la inseguridad personal, la asimetría jurídica y en los últimos veinticinco años la pobreza marginal. Mantengo al mismo tiempo la convicción de que tampoco el problema estructural de la economía podrá solucionarse, dada la existencia de múltiples canales que en una gradiente azimutal, tumultuosa y enmascarada, exhibe hoy la globalización. Espero en cambio, que con un enfrentamiento exitoso contra la corrupción y la inseguridad, con un poder judicial más ético y con un adecuado manejo del SENIAT, podrá mejorar la calidad de vida de todos los venezolanos, inclusive la de ese 15% que consciente y responsablemente deberá soportar una mayor carga impositiva. Se ha afirmado que la confrontación Capitalismo/Socialismo en última instancia se expresa en la alternativa: Libertad vs. Igualdad. Venezuela ha disfrutado de una absoluta libertad ideológica, sus distintos gobiernos, con total impunidad han gastado mas de 300 mil millones de dólares en los últimos 25 años. Según el indicador Graffar que en 1995 calculamos para Fundacredesa, se mantienen los siguientes valores porcentuales en los cinco estratos socioeconómicos: I (1%), II (6%), III (11%), IV (39%), V (43%). Esto implica, si se asume una estructura métrica subyacente, un Promedio de 4.17 y una Desviación Típica de 0.90. El primer parámetro indica una salvaje injusticia y el segundo una odiosa desigualdad social y económica. Cuba soporta una total restricción de la libertad ideológica, con un —paradójicamente afortunado— bloqueo comercial y ayuda soviética en armamentos, medicinas y petróleo. Si le adaptásemos el concepto de la escala Graffar, obtendríamos un Promedio cercano a 3.00 y una Desviación Típica menor de 0.66. Ello debe interpretarse como una sociedad equilibrada en su escasez y socialmente igualitaria. Jorge Ahumada en los inicios de los años sesenta nos refería como anécdota, supongo que también a Izaguirre y a Giordani, que expertos y promotores del desarrollo brasileño expresaban, que aún a costa de la deforestación de la cuenca amazónica, era preferible envenenarse de contaminación en las nuevas ciudades del noroeste, que morirse de aburrimiento en la selva impoluta y sacrosanta. El ser humano a través de su evolución ha demostrado una atracción casi fatal por el conocimiento y por la novedad, cualquiera que sea su forma. No en vano, aquel perverso y oscuro personaje de Humberto Ecco. trató obstinadamente de mantener en secreto el libro III de Aristóteles. Estaba convencido que mediante su lectura, el que fuera capaz de llegar a comprender la esencia de aquello que es denotado por el concepto, no sólo se apartaría de la divinidad, sino más terrible aún, considerarse igual, o la propia divinidad. Algunos siglos más tarde con la leyenda de Fausto, este destino se expresaría como "gris es toda especulación, verde el árbol de los frutos dorados de la vida" y consecuentemente hoy al borde del nuevo milenio, se prefiere sufrir hambre y miseria en los cinturones urbanos de marginalidad, pero viviendo noches de exaltación y euforia, escuchando hipnóticos a un Elvis Jackson húmedo, viscoso y convulsivo. En el largo plazo debemos orientarnos inteligentemente hacia las terceras vías (El Globo, 24-11-98) afirmación válida, tanto a partir del Capitalismo como a partir del Socialismo. Mientras que los actuales países desarrollados, Europa a la cabeza, tienen mayores grados de libertad para alcanzar sus propias terceras vías, en nuestros países atrasados, con gobiernos débiles y corruptos, donde la globalización constituye una camisa de fuerza insuperable, prácticamente esos grados de libertad se reducirán a cero. Bajo ese dilema, la educación venezolana inicialmente deberá escoger entre calidad y pertinencia, factores que en un principio pudiesen ser mutuamente excluyente. En 1996, para la celebración de los treinta y cinco años del CENDES, he de recordar lo que Izaguirre propuso y el Presidente Caldera destacó: que cada sociedad debe encontrar su propio camino. Hopenhayn, admitiendo la complejidad actual de las Ciencias Sociales, avanzó un Delta en esa frontera, proponiendo —al igual que los místicos españoles— nombres y denominaciones para conceptos, entes y procesos, que apenas comienzan a vislumbrarse en la actualidad, y donde debe mantenerse válidamente el pudor intelectual de no intentar definiciones analíticas más precisas, pues aún no se han desarrollado apoyos teóricos suficientes, ni encontrado evidencias empíricas sólidas. Costa avanzó un Sigma operacional positivo, dando el nombre de fulcro para dos aspectos claves, ocupación útil y financiamiento confiable, y proponiendo dos palancas, una de carácter epistémica que pudiese confrontar inteligentemente al "pensamiento único" y otra de carácter instrumental, rechazando una metodología algorítmica en la planificación. Sonntag tuvo el valor de horadar la frontera mediante una proposición que presentó en broma, pero que es muy seria y se refería a la necesidad de que no fuesen economistas, quienes en el futuro diseñasen los planes nacionales de desarrollo. En relación con esos planteamientos, hice un comentario expresando que hasta ahora hemos "buscado la aguja donde se había perdido" o mejor, donde creíamos que se había perdido. Ello ha implicado tomar el Factor Económico como la variable independiente por antonomasia. Propuse que busquemos la aguja en otro sitio, donde hubiese luz, ya que por diferentes causas en cincuenta años no habíamos logrado tener éxito. Para 1999, Venezuela estará conformada por dos grupos sociales bien diferenciados, el Grupo B (Graffar I, II y III) con 15% y el Grupo A (Graffar IV y V) con 85%. Con la privatización que actualmente se adelanta y con la llegada de inversiones transnacionales, ese 15% podrá integrarse al modo de vida que esa situación implica, restando como principal responsabilidad del Estado, para ese resto populoso, proponerles una forma digna de vivir. La proposición que de manera cruda y abrupta hicimos en 1996, consistía en admitir la existencia de una sociedad dual, por ende podíamos tomar correctamente la Educación en general y la Educación Técnica en particular, como la principal variable independiente al servicio de este 85%. Operacionalizando esa idea, ejemplificamos: En Humanidades, Economía, Derecho y Ciencias Sociales, permitir carreras largas de seis años con una fuerte selectividad aptitudinal, alta calidad académica y orientadas a la formación del pensamiento epistémico. Para Tecnología, Medicina y Ciencias Materiales, el ciclo educativo se iniciaría sólo con carreras cortas de tres años. Con esa proposición, lateralmente restringiríamos la fuga de talentos en el campo de la tecnología y le correspondería a las empresas privadas nacionales y transnacionales, la responsabilidad de complementar y preparar el recurso humano que de manera específica necesitasen para su propio funcionamiento. Si en 1999 moderamos esta proposición, nos quedaríamos con la opción de plantar en pequeños pueblos del interior, Institutos Técnicos de Educación Superior, que en tres años graduasen profesionales en Salud, Agricultura, Construcción, Deporte y Educación Básica. Así podemos frenar el urbanismo marginalizador que hasta ahora ha obstaculizado la posibilidad de un desarrollo más armónico y más equilibrado, que pudiese proporcionar una mayor oportunidad de empleo y de ocupación útil.

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