martes, 2 de febrero de 2010

CARTAS A EL NACIONAL, 1973 / 1974

¿MANIPULACIONES CON LA FAJA?
Sistemáticamente desde el surgimiento de la llamada “Faja Petrolífera del Orinoco”, se encuentran en la prensa, notas tales como ésta: “Venezuela se verá obligada a producir el doble de barriles de petróleos pesados” Esos estribillos respecto a la producción petrolera: “Venezuela debe de” “Si Venezuela quiere mantenerse en” “Venezuela se verá obligada a”, me producen estupor, asombro y desagrado. Me pregunto si serán el producto de una reflexión consciente y valida o serán el reflejo de un proceso a través del cual se nos quiere introyectar la actitud que ya está haciendo sus efectos de que “Venezuela tiene necesidad de”, haciéndolo de una forma silenciosa e inconsciente para que parezca como si fuera algo propio y espontáneo.
Respondiéndome a esta inquietud y siendo muy sintético, pienso todo lo contrario y me esfuerzo en afirmarme en ello; si Venezuela aumenta su producción petrolera y los precios también, entonces importaremos más objetos fabricados con altas tecnologías, lo que implicará directamente, aumentar la dependencia Tecnológica y, luego seguir con un confort disolvente, —Ricos, Medios y Pobres— y un efecto de demostración inducido, que en definitiva nos impedirá el nacimiento y desarrollo de una artesanía tecnológica básica, ya que en ningún momento esta podrá competir con la medusa tecnológica, que sólo nos está dejando —y más aún el futuro— además de una herencia de desarraigo patrio y telúrico, los residuos contaminantes de las tecnologías intermedias sucias que son en definitiva las que pretende asignarnos el orden consumista mundial que nos amenaza, reservándose para sí —naturalmente— las altas tecnologías limpias.
Finalmente es importante discriminar y diferenciar en sus consecuencias, entre la importación de tecnología empaquetada y la compra de tecnología en esquemas pues la primera viene en productos terminados de consumo y por lo tanto nos relega a un papel pasivo y humillante, creándonos a su vez desempleo. La segunda viene en textos y planos, por tanto nos posibilita el no copiarlas sevilmente sino en desarrollarlas según nuestras propias necesidades, de esta manera podemos darle empleo a un mayor número de venezolano. Así estaríamos dando un primer, pero insalvable paso, para el desarrollo de la artesanía tecnológica básica, donde el término artesanía quiere destacar la parte de praxis y de tanteo, que necesariamente conlleva y exige el proceso.


SINÓNIMOS EN TV COLOR
Agosto/ Septiembre de 1973
Firmado por: Joaquín Fernández Oropeza
Aprovecho esta importante sección para dar a conocer estos breves comentarios acerca de un problema que va a cobrar importancia en un próximo futuro.
Se comenta con mucha insistencia una próxima decisión en materia de televisión en colores. Cuando algunas personas supuestamente enteradas de los vericuetos técnicos y políticos que implica la decisión, afirman que la decisión está ya tomada, me parece estar de repente en la Edad Media —Imágenes plasmadas magistralmente, por Bergmann—, pues habiendo sido rechazada la idea a nivel nacional, una fuerza omnímoda y ptolemaica parecería decir que la Tierra es el centro del Universo.
Para convencerme de que estoy en el tercio final del Siglo XX, me surgen entonces los siguientes interrogantes: ¿Por que buscamos una nueva y gratuita dependencia tecnológica? Si el país fabricase los aparatos y equipos con materiales, recursos, capital y patentes propios, entonces oponerse seria ir contra el progreso —aun cuando se está pensando que ese llamado progreso occidental consumista bien puede conducirnos, en la próxima centuria, a un desastre ecológico. ¿Por qué estar a favor del progreso de países extranjeros y obstaculizar nuestros propios avances? ¿Cuántos barriles de petróleo tendremos que pagar por cada nuevo televisor? ¿Cuánto empleo extra daremos a los ya bien pagados obreros de Boston y California? ¿Cuántos niños morirán sin haber vividos?
En este país que hierve con todo tipo de iniciativas, donde tantos científicos han denunciado la dependencia tecnológica, con una universidad crítica culturalmente activa y con partidos descaradamente antisistema, yo entonces me pregunto una vez más. ¿Será que consideramos sinónimos los términos de: ciencia y entrevista; cultura y espectáculos; crítica y presupuesto; concientización y proselitismo? O será que somos una Teclonia; es decir tierra enajenada por la tecnología extranjera.


EL INGRESO QUE NOS DOPA
Viernes 19 de Octubre de 1973
Firmado por: Dr. José Rafael Vegas V.
Me refiero al artículo “ La Gran Nube China” publicado por “El Nacional”
En un lugar común aunque sigue teniendo validez, decir que copiarse —imitar rígidamente— modelos extranjeros es perjudicial, pero podemos obtener algunas reflexiones de la experiencia de otros países.
Del artículo a que hago referencia se desprende que China esta en algo, pero un algo alcanzado de una manera poco convencional. Simplificando y caricaturizando el proceso prodríamos decir que están armando artefactos nucleares con cañas de bambú; un enfoque más analítico y menos poético nos manifestaría que están combinado su realidad artesanal con la técnica que habían recibido de la cooperación soviética y que para su mal —o mejor para su bien— les fue suspendida; la necesidad, les obligó a ingeniárselas y en ese proceso están plasmados algunos de sus más impresionantes logros.
Reflexión I: Si nuestros científicos hacen investigaciones utilizando por ejemplo los modernismos y costosos focos de sondas Z-204. ¿No estarán acaso perdiendo la oportunidad de ejercitar su más profunda aptitud creativa que les lleve a ingeniarse hasta la creación de los instrumentos para hacer esos experimentos? ¿ No llegarán a confundir los cerros de Carrizales con las colinas de Palo Alto?
Reflexión II: ¿No habrá llegado para los grupos más favorecidos, el momento de tomar conciencia de que mientras tengamos el ingreso petrolero; consumiremos investigaremos y viviremos de manera aparentemente igual a los países consumistas y no sentiremos necesidad y urgencia de desarrollar nuestra ciencia de una manera real y apegada a los procesos productivos básicos que son en verdad lo que podemos tener a nuestro nivel actual de racionalidad? Por tanto vamos a seguir teniendo una ciencia para exposiciones, para publicar en revistas internacionales y para hacer un buen papel a nivel planetario.


TECNOLOGÍA Y DEPENDENCIA
Jueves 8 de Noviembre de 1973
Firmado por: Eleazar David Márquez
En la concepción y planificación de un cambio para el logro de determinados objetivos, generalmente se presta más atención a los asuntos propios del planteamiento instrumental que a los problemas propios de estrategia, inclusive, mentes lúcidas pueden dedicar energía y esfuerzo a resolver unos aspectos y a olvidar los otros.
Recientemente el canciller venezolano ha expuesto a la Asamblea General de las Naciones Unidas un esquema o metodología —como ha sido llamado— del cual conviene hacer algunos comentarios.
La formación de sindicatos interestatales para enfrentarse a las compañías multinacionales, ha probado ser un instrumento eficaz —Petróleo— para que los pueblos del Tercer Mundo obtengan un trato más equitativo en sus negociaciones. Lo que no se ha dicho o discutido, es si la negociación en sí misma y lo que en ella se negocia es conveniente para estos países.
En efecto, esta táctica bien concebida y elaborada, se origina históricamente y toma como base para su concepción y desarrollo una estrategia que conduce a un hecho que es grave, ya que posibilita perpetuar un estado de cosas, inaceptables para cualquier país que orgullosamente se considere soberano. Cada vez más en el futuro, este convencimiento, a medida que todos los pueblos tomen conciencia de la significación real y profunda que tiene para un país, el exportar sus materias primas no renovables, llevará a la conclusión que ayudar a eternizar esa humillante situación —tal como vender nuestro subsuelo— podrá ser considerado un delito del mismo tenor que enajenar el suelo patrio.
Todo país exportador de materias primas tiende a convertirse en una país de tercera o cuarta categoría. Para hacerlo explícito podemos mediante una doble clasificación de variables dicotómicas obtener las siguientes modalidades de países:
Tipo I.— Exporta Computadores — Importa Petróleo;
Tipo II.— Exporta Computadores— Importa Aviones;
Tipo III.— Exporta Petróleo — Importa Hierro;
Tipo IV.— Exporta Petróleo — Importa Computadores.
Los países de vocación predatoria pertenecen a la primera categoría y los llamados países explotados del Tercer Mundo a la cuarta categoría. Las categorías segundas y terceras son categorías menos frecuentes y probablemente no observables como tales en la realidad, serían relaciones más justas y equitativas tanto desde un punto de vista político como económico y a manera de hipótesis considero que pueden orientar hacia una concepción nueva y diferente de la filosofía del llamado Comercio Internacional.
La conclusión es que, un país que importa Artefactos de Alta Tecnología, se está autocondenando de manera que en el pasado era muy sutil, pero hoy muy visible, a no desarrollar sus propias aptitudes creativas y por ende se está condenado a ser un pueblo propicio al vasallaje, ya que el efecto de demostración del consumismo —por nuestra condición humana— nos acecha. Este es el peligro. Un alerta a la televisión en colores, un alerta al aumento de la producción petrolera y un alerta a la explotación de la Faja Petrolífera del Orinoco, aunque sea por los mismos venezolanos.


PETRÓLEO, SIEMPRE PETRÓLEO
Sábado 19 de Enero de 1974
Firmado por: Gustavo Corro
Las cosas están cambiando, sibilinamente la prensa internacional comenta que ahora sí podemos —con los nuevos ingresos— pagar y desarrollar con ayuda extranjera, la tecnología necesaria para explotar la Faja Petrolífera del Orinoco; la pregunta que revienta es ¿ Quién supone que nosotros tenemos necesidad y urgencia de explotar la Faja Petrolífera y aún más de pagar por una costosa tecnología aún no desarrollada?.
He aquí la carnada que oculta el anzuelo, donde una vez más por ignorantes —como en el pasado— podemos morder. Si algo se está haciendo claro para los venezolanos es que el país no necesita extraer más petróleo —más aún debe reducir— ni necesita preocuparse por la explotación de su Faja Petrolífera, pues, llegado el momento —ojalá lo más lejano posible— el país podrá fijar las condiciones que más convengan a los genuinos intereses nacionales, para explotar su petróleo pesado.
Hay que insistir que el desconsiderable aumento del ingreso petrolero desequilibrará al País económicamente, socialmente e incluso políticamente; para aquellos que con ingenuidad piensan que el ingreso extra puede ser positivo para el País “si se sabe invertir y administrar bien” hay que recordarles que ni en 1928, ni en 1936, ni en 1941, ni en 1945, ni en 1948, ni en 1952, ni en 1958, ni en 1963, ni en 1969 se pudo invertir ni administrar bien, lo prueba el hecho de que cincuenta años después del reventón seguimos siendo un País pseudo desarrollado y un pueblo cada vez más influenciado por el efecto de demostración consumista y occidental, lanzados a la destrucción ecológica y a la contaminación ambiental.
¿Quién cree que los venezolanos somos de caramelo para sufrir transformaciones tan violentas en tan corto tiempo y pasar a ser —aún en tiempos de mayor bonanza— lo que no hemos logrado ser en el pasado? El problema no radica sólo en la Administración Gubernamental, pues está ya enraizado en nuestra alegre idiosincrasia, por tanto, sólo una forzosa, aunque necesariamente gradual austeridad puede llevarnos a reflexión y permitir construir nuestro futuro sobre bases más humanas.
Como ejemplo de lo que representa disponer de un gran volumen de divisas extranjeras y de importar indiscriminadamente alta tecnología, medítese en lo que ha pasado en el Consejo Supremo Electoral, donde esas sofisticadas computadoras, con su complejo procedimiento organizacional tipificado y supuestamente científico, naufragó frente al nivel de racionalidad y eficiencia de las otras instituciones que coadyuvaban en el proceso y frente a la propia mentalidad de los venezolanos. En resumen, un estilo político maduro pero inseguro frente a la técnica, encarnado en personalidades que emergieron después de 1936, no llegó a comunicarse efectivamente con profesionales formados en la última década, pletórica de técnicas y procedimientos, pero huérfanas de una visión ajustada a la realidad, es decir orientados por el método y no por el problema, como correctamente debió haber sido —“Tengo un cañón, ahora buscaré contra qué disparar”.
La masa de ingresos adicionales que ojalá pudiese ser utilizada en importar ganado y semillas, desgraciadamente será utilizada en importar artefactos terminados de alta tecnología; es decir Tecnología Empaquetada —autos, computadoras y televisores en colores— donde ya se ha demostrado que, además de quitarle un trabajo honesto y auténtico a los venezolanos, les castra sus motivaciones y aptitudes creativas.
Corremos el peligro de convertirnos en un emirato tropical sometidos a una dependencia no sólo económica y tecnológica, sino lo que es más grave cultural y psicológica.


ESPERAR EL 83
Miércoles 13 de Febrero de 1974
Firmado por: Fermín Torres Aveledo.
La ya popular y conocida idea Gatopardina de que “hay que cambiar para que las cosas no cambien” me llama a reflexión respecto a nuestra materia petrolera. Cuando el cartel controlaba y manipulaba los precios, era entonces una bandera real y auténtica la nacionalización de las compañías extranjeras —1945, 1959, 1969—. Sin embargo, con la creación de la OPEP, la fijación unilateral de los precios, las leyes impositivas, la subasta de las regalías y lo cercano de la fecha de reversión, la así llamada Nacionalización podría convertirse en un fantasma trasnochado, muy útil para las compañías explotadoras y muy estúpido y miope para nosotros los venezolanos.

Cuando digo que sería muy útil para las compañías explotadoras actuales, me refiero al posible costo de indemnización que Venezuela tendría que pagar a las compañías, en el caso de que se adelantara la reversión. Gasto éste, que podría evitarse esperando que las concesiones comenzaran a vencerse a partir de 1983, complementariamente, medidas como un control estricto de las propiedades, confiscación de campos abandonados, reducción de la producción, y una total autonomía en la fijación de los precios, permiten que hasta 1983 el país controle la situación petrolera y pueda prepararse para asumir su total responsabilidad.
Es recomendable a este respecto una gradual reducción de la producción, medítese en sus ventajas a corto y largo plazo, pues obtener una ingente cantidad de divisas —cuestión que afortunadamente ya está siendo denunciada— no es lo que más nos conviene, sino crear una posibilidad para el país de abandonar la tendencia al consumismo y derroche a la que el trueque comercial con países avanzados nos empuja.


REDUCIR LA PRODUCCIÓN PETROLERA
Jueves 14 de Febrero de 1974
Firmado por: Francisco de Paula Ortiz
No es necesario seguir insistiendo sobre las ventajas que tiene para el país una reducción de su producción petrolera; ya personas muy entendidas en la materia lo han afirmado reiteradamente. Es conveniente sin embargo referirme a la noticia de que Canadá —país productor y exportador de petróleo pondrá en servicio un oleoducto que le permitirá llevar petróleo hasta su Costa Este y que EE.UU. —primer productor mundial— puede aumentar su producción y está desarrollando nuevas fuentes de energía; bajo estas condiciones, Venezuela en una acto de irrestricta soberanía —bajo un enfoque de conciencia nacional— debe reducir su producción petrolera y disminuir la exportación; en un 100% en referencia a Canadá y de una manera gradual y sistemática en relación con EE.UU.
No nos dejemos intimidar por Casandras pusilánimes y sesgadamente interesadas, que nos impelen a recordar el salitre chileno y el caucho amazónico, pues estas premoniciones encierran múltiples falacias, tanto en su forma como en su contenido. En primer lugar las fuentes usuales de energía no han perdido vigencia, aun con el advenimiento de otras posibles modalidades; nuclear, solar o geotérmica, pero además, y es lo más importante, ya se ha comenzado a pensar que es insensato e irracional seguir usando el petróleo como combustible. En segundo lugar, para el caucho amazónico, su declinación frenó oportunamente un proceso que con el tiempo iba a cambiar los patrones ecológicos de la región y a contaminar zonas que constituyen reservorios de oxígeno y vida vegetal, y para el salitre chileno, su declinación hizo posible que el país recobrara un ritmo más armónico y fuese menos dependiente y desarticulado que otros países latinoamericanos. En resumen para Venezuela —igual que para los atrasados, analfabetos, ignorantes y desarticulados pueblos del Tercer Mundo productores de petróleo— el uso de ese petróleo, además de ser insensato e irracional, es necio y altamente dañino, pues ni siquiera es usado como combustible, sino lo que es peor como fuente de divisas extranjeras, que necesariamente se tiende a malgastar en la importación de artículos suntuarios y/o en Artefactos Terminados de Alta Tecnología, creando no sólo una dependencia económica sino también cultural. Este es un hecho que debe ser denunciado.
El país debe buscar y diseñar un nuevo concepto de desarrollo, más armónico, más humano y más cerca de un equilibrio con la naturaleza, y a su vez más alejado del dantesco, neurótico y contaminado paraíso industrial —imagen que ingenuamente y estúpidamente nuestros pueblos quieren a toda costa copiar y los países avanzados por su interés comercial nos quieren desesperadamente vender— creo que aún estamos a tiempo, creo que tenemos una coyuntura favorable para comenzar un proceso de desintoxicación cívica.

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