martes, 29 de diciembre de 2009

Versos Perfectos. Recuento. Conclusiones y Cierre

Leí (El Nacional/ Escenas-07-12-2009) el articulo titulado los Versos perfectos de Andrés Bello del académico Francisco Javier Pérez.
Envié un comentario a Lectores El Nacional que fue editado en forma sintética y publicado (17-12-2009). Posteriormente (18-12-2009) el Defensor del Lector con el titulo “Decisión: de la perfección en un verso” sintetizo y edito los comentarios del autor Francisco Javier Pérez. Finalmente y como cierre envié una nota/comentario a lectores El Nacional. Creo no ha sido publicada todavía.

I. Comentario Inicial. Versión Ampliada.

Me sorprende, complace y satisface --epistémicamente-- leer el artículo del académico Francisco Javier Pérez (Escenas. El Nacional. 07/12/2009) titulado “Los Versos Perfectos de Andrés Bello”. Se incluye también a Fray Luis, Garcilaso, Neruda, Andrés Eloy, Lizcano, Baralt y Lazo Martí. Me pregunto por Salmerón Acosta y me entra la duda con Gerbasi. "Desde la noche vengo y hacia la noche voy". Muy especialmente me interesaría conocer: (a) Si existen Versos Perfectos, también deberían existir Versos Imperfectos. (b) Una aproximación conceptual de las nociones de Versos Perfectos y de Versos Imperfectos. (c) Una aproximación operacional de Versos Imperfectos, mediante el señalamiento de autores/poetas que hayan escrito este tipo de versos.
Se sobreentiende que el escribir Versos Imperfectos, no implica que el autor no pueda ser reconocido como un gran poeta. Me viene a la mente la historia de Delpino y Lamas, autor hacia 1890 de unos versos muy extraños y disparatados para la época: "pájaro que vas volando/ parado en tu rama verde/ pasó cazador matóte/ más te valiera estar duerme". En 1962 el gobierno de Rómulo Betancourt se enfrentaba a un movimiento armado de guerrillas dirigido y fomentado por el Partido Comunista y Fidel Castro. Al mismo tiempo, intelectuales contestatarios de la izquierda, atrincherados en los grupos literarios y/o artísticos: Sardio, Tabla Redonda y Techo de la Ballena, trataban de promocionar y encumbrar a Delpino y Lamas como el gran poeta venezolano precursor del modernismo (ver: Manuel Caballero. Papel Literario. El Nacional.29/10/2005). Dado el enfrentamiento armado con el gobierno, no fue posible obtener el apoyo necesario de las élites culturales del estado y por ello fracasaron en su empeño. Muy distinto hubiera sido el resultado de esa aventura, si este esfuerzo entramado se presenta en el periodo edulcorado de 1985/1993 a un Jaime Lucinchi o a un Carlos Andrés Pérez. Delpino y Lamas probablemente estaría en el Panteón Nacional, tendría plaza y estatua con su nombre y sería insignia de un premio internacional de poesía contemporánea. (Ver detalles en mi Blog: maxcontasti1938.blogspot.com "Sobre Arte y Humanismo").


II. Comentarios del Autor Francisco Javier Pérez editados por el Defensor del Lector.

Max Contasti nos escribió requiriendo mayor precisión conceptual de parte del columnista Francisco Javier Pérez, al calificar éste de “perfectos” los versos de Andrés Bello en su columna Palabra sobre palabra del día 07/12/2009.
Así, Pérez sintetiza las respuestas a las inquietudes del lector de la siguiente manera: “Me parece muy interesante el señalamiento de este calificativo lector sobre un calificativo que nadie dudaría en el caso de Andrés Bello: perfecto. Lo primero, cómo dudar que no sean perfectos esos versos cuando tanto daño han hecho a quienes no han querido entender su grandeza en estas lides. Sin embargo, son perfectos pues hablan potentemente al corazón y sus imágenes son contundentes para describir la pasión americana de la que fuimos hechos. Recomiendo leer, para amarlo, Andrés Bello. La pasión por el orden, de Iván Jaksic, editado por Bid & Co y la UCAB”.
Recuerda además que en la mayoría de los casos, el espacio limitado del que dispone para escribir su columna no le permite muchos otros desarrollo que le gustaría hacer. En todo caso, la perfección poética no debe ser entendida con rigurosidad científica sino como producto de la suma de múltiples atributos que le dan a ésta la capacidad de movilizar pasiones.


III. Conclusiones y Cierre.Versos Perfectos.

Leí la nota del Defensor del Lector (El Nacional.18/12/2009).Para un científico resulta apasionante un dialogo--por su naturaleza exquisita, la poesía no puede ser campo para la polémica-- sobre el tema. Estoy absolutamente de acuerdo: “la perfección poética no debe ser entendida con rigurosidad científica”. En “Música y Semántica” (Google/blog maxcontasti1938.blogspot.com) propuse tres niveles de dureza:(a) Semántica del Ensayo (tradicional, aproximado a la rigurosidad científica). (b)Semántica de la Poesía (Intermedio). (c) Semántica de la Música (Para establecer un contraste con el primer nivel propuse crear un nuevo término: Sénsito). Ciertamente se me generó una inquietud de carácter epistémico: “Si existen Versos Perfectos también deberían existir Versos Imperfectos”, por ello cité “pájaro que vas volando” del poeta Delpino y Lamas. Finalmente nótese que se ha manejado el término de “Perfecto” con distintos sentidos (a) Métrica (“el caso de Andrés Bello”). (b) Efectos (“no han querido entender su grandeza”). (c) Vivencias (“hablan potentemente al corazón”). Aquí cité al más bello de todos: “Desde la noche vengo y hacia la noche voy”. Obviamente subjetivo y personal.

2 comentarios:

  1. Garbasi escribió:
    Venimos de la noche y hacia la noche vamos.
    Y es verdad como tú dices Max, ese verso tuyo es eminentemete personal: voy, no vamos. Subjetivo, pues claro es un desde, no un de.

    PASATIEMPO (Benedetti)
    Cuando éramos niños
    los viejos tenían como treinta
    un charco era un océano
    la muerte lisa y llana
    no existía

    cuando muchachos
    los viejos eran gente de cuarenta
    un estanque era océano
    la muerte solamente
    una palabra

    ya cuando nos casamos
    los anciaos estaban en cincuenta
    un lago era un océano
    la muerte era la muerte
    de los otros

    ahora veterano
    ya le dimos alcance a la verdad
    el océano es por fin el océano
    pero la muerte empieza a ser
    la nuestra.

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  2. Yo creo que los versos de Benedeti clasificarían como imperfectos, eminentemente personales pero que tocan la experiencia de todos los seres humanos. Por eso nos gustan, los entendemos (semántica y sintáxis) y los sentimos así que el aspecto sensual o sensitivo nos hace considerarlos como buenos versos o versos que nos gustan.

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